TAIZÉ

Hermano Marc (1931-2024)

 
Heinz-Peter Rudolf, que tomó el nombre de Hermano Marc cuando entró en la comunidad de Taizé en 1954, murió el 19 de enero de 2024, a los 93 años. Llevaba varios días hospitalizado en Mâcon. Sus funerales tendrán lugar el domingo 21 de enero a las 15h en la iglesia de la Reconciliación de Taizé.


Nació en Esslingen (cantón de Zúrich), Suiza, en 1931. Estudió artes gráficas en la Escuela de Artes Aplicadas de Zúrich. Fue el primer hermano de habla alemana e, incluso antes de su compromiso para toda la vida en 1957, fue enviado con otros hermanos a vivir durante un tiempo en Alemania.

En Taizé, desarrolló sus dotes artísticas a través de grabados en madera, pinturas, collages, vidrieras, portadas de libros, marcapáginas, carteles, etc. Cuando se construyó la iglesia de la Reconciliación en 1962, diseñó la gran vidriera en losas de cristal de la fachada oeste, que tuvo que ser desmontada cuando hubo que derribar la fachada para ampliar el edificio. A principios de los años 70, cuando cada vez más jóvenes peregrinaban a la colina, también ideó la cruz-paloma típica de Taizé.

En 1971, junto con otro hermano, realizó una memorable visita a la URSS, entonces bajo dominio comunista. Era la primera vez que los hermanos viajaban por Ucrania y Rusia.

La extensión de la vocación de Taizé a los distintos continentes le permitió cumplir el sueño de su infancia de visitar Indonesia, lo que orientó su vida hacia el continente asiático. En 1973-74, pasó medio año con dos hermanos en Calcuta, cerca de la Madre Teresa. Después regresó a Indonesia y al sur de la India antes de volver a Taizé.

En 1978, viajó a Japón en el tren transiberiano y, con un hermano, se instaló en el barrio marginal de Miyadera, cerca de Tokio, donde permaneció ocho años. Luego, en 1986, se trasladó a Corea: en este país marcado por la división entre el Norte y el Sur, la comunidad había sido invitada por el cardenal arzobispo de Seúl a establecer una pequeña fraternidad. El Hermano Marc permaneció allí 25 años. Tanto en Japón como en Corea, prosiguió su labor creativa en diálogo con los artistas locales. Creó numerosas vidrieras en iglesias católicas y protestantes de Corea del Sur. En 2007, también se le pidió que creara las vidrieras de la catedral de Ulan Bator (Mongolia).

Después volvió a Europa, primero a Taizé y después a una fraternidad establecida sucesivamente en distintos lugares de Alsacia. Tras el encuentro europeo de jóvenes celebrado en Basilea en 2017, fue acogido no lejos de esa ciudad por la comunidad de diaconisas de Riehen. Allí realizó una exposición muy aplaudida de su obra reciente. Desde allí realizó visitas regulares a Taizé en momentos importantes de la vida de la comunidad.

En su vejez y hasta una semana antes de su muerte, tuvo energías para seguir expresando su creatividad. Incluso después de la apoplejía que sufrió en Taizé en Nochebuena, reanudó su trabajo, creando tarjetas basadas en las palabras de los cantos de Taizé o en textos bíblicos.

Última actualización: 20 de enero de 2024