Cuando el cardenal Kim, el arzobispo de Seúl en ese momento, encontró hermano Roger a Hong Kong en 1977, le pidió que hermanos de la comunidad vinieran a vivir en Seúl « para ayudar a que los jóvenes profundicen su fe. » Los primeros hermanos llegaron a Seúl en 1979-1980, otros vinieron más tarde.
Corea conoció una guerra terrible y fratricida entre 1950 y 1953, que dejó heridas profundas. Quedó dividida en dos países separados por una frontera absolutamente cerrada.
En Corea del Sur, las Iglesias son muy activas, cerca del 30 % de la población se dice cristiana. Los hermanos viven en una pequeña casa en Seúl, a unos kilómetros de la frontera con el norte. Considerando que lo esencial de su vida es ser una « presencia escondida » de oración y de servicio, una pequeña parábola de comunidad, los hermanos desarrollaron una variedad de actividades, según las posibilidades de cada uno.
La fraternidad acoge a jóvenes que vienen para rezar con los hermanos y a veces animan oraciones o retiros para grupos parroquiales. Uno de los hermanos tiene como actividad la pastoral carcelaria y también visita a moribundos. Otro, es artista y diseñó vidrieras para un considerable número de nuevas iglesias por toda Corea. Uno de los hermanos enseña en una universidad católica; él también tradujo al inglés numerosos volúmenes de poesía y de las novelas coreanas contemporáneas.
Los cantos de Taizé son cantados por todas partes en Corea. Desde Francia, la comunidad pudo a veces enviar ayuda a los que sufren del hambre, la pobreza y la enfermedad en Corea del Norte. Muchos jóvenes coreanos pasan por Taizé en el transcurso de un viaje o de una estancia en Europa.