TAIZÉ

Ucrania, otoño 2010

Días de confianza

 
Este verano pasaron casi mil jóvenes ucranianos por Taizé. En septiembre y octubre fue el turno de los hermanos de visitarlos en su país.

Uno de los hermanos participó en un coloquio internacional que, desde hace diez años, se efectúa cada septiembre en Kiev. Su intervención tenía como tema: « Perdonemos todo por la resurección: la alegría como fuente del perdón ». En el curso de este coloquio, intervinieron el Metropolita Vladimir de Kiev y el Metropolita Hilarion de Volokolamsk.

Más tarde, las visitas se multiplicaron: de Kiev a Sébastopol, de Kharkiv a Ivano-Frankivsk, los encuentros en las grandes ciudades como en los pueblos permitieron descubrir, desde el interior, la vida de los cristianos ucranianos. Incluso si la situación política y económica es difícil, con grandes brechas en el nivel de vida, es siempre una alegría el poder encontrarse y compartir la vida diaria.

Por todas partes, la acogida fue muy calurosa: oraciones con los cantos de Taizé, participación a bellas liturgias, intercambios y encuentros con los estudiantes. Otros encuentros, también, con viajeros durante los infinitos trayectos en tren, o con mujeres ancianas, «matushka», que a menudo guardan una presencia discreta y fiel en las iglesias.

A Lviv, al final de la estancia, los jóvenes de diferentes iglesias habían organizado un «día de la confianza» en el marco de la tercera semana social ecuménica. Los encuentros de la tarde fueron animados entorno al tema «Dios nos llama transformar el mundo, con gran ambición pero con una profunda humildad ». Estos talleres permitieron descubrir iniciativas iniciadas por los cristianos de diferentes confesiones de la ciudad. Allí como en otras partes, numerosos fueron los signos de amistad.

Lana

En la preparación del «día de confianza» a Lviv, me puso muy contenta el poder revivir lo que había experimentado a Taizé: la felicidad de hacer algo juntos con demás. La mayoría de nosotros no nos conocíamos antes. Sin contar nuestro tiempo, estuvimos unidos por el deseo de preparar todo para los que vendrían a participar en el encuentro. Así, el trabajo en común nos acercó mutuamente... lo que seguramente alegra también a Dios.

Oksana

Lo que más me llegó es haber podido rezar juntos, alrededor de Dios que nos reúne. En nuestra vida diaria, esto no es siempre la prioridad, aunque es en realidad lo necesitamos verdaderamente.
¡Reunir a los jóvenes en la oración alrededor de Cristo es increíble!
La tranquilidad de espíritu, la calma, la gentileza alrededor de nosotros – son exactamente lo que sentí este día.

Última actualización: 4 de enero de 2011