¡Querido hermano Alois!
¡Queridos hermanos y hermanas!
De todo mi corazón acojo a cada uno de vosotros que vinisteis en peregrinación a la Iglesia ortodoxa rusa durante estos días benditos de la Semana Santa y de Pascua.
Cristianos de todas partes en el mundo celebran al mismo tiempo este año la Pasión y la Resurrección de Nuestro Señor. La oración durante las celebraciones en las iglesias ortodoxas de Moscú os permitirá vivir con profundidad la teología oriental y la poesía de su liturgia, que contemplan el misterio de la salvación de la humanidad por nuestro señor Jesucristo. En Divina Liturgia del Jueves santo, la Iglesia hace memoria de la institución del sacramento de la Eucaristía y del lavado de los pies de los discípulos por el Señor como del signo que «El Hijo del hombre vino para servir y dar su vida para la salvación de una multitud» (Mt 20, 28). Participando en la oración del Viernes Santo y escuchando la lectura de los Doce Evangelios de la Pasión serán testigos de la injusta condena a muerte de Nuestro Señor, de su crucifixión y de su sepultura. El Sábado Santo os preparará a celebrar la Fiesta de las fiestas — la resurrección de entre los muertos del Salvador del mundo, cuando la gozosa proclamación de las palabras benditas resonará durante la noche pascual: «¡Cristo ha resucitado!»
Espero que vuestro peregrinar os ayude a aprender más sobre la Iglesia ortodoxa rusa, su historia, su patrimonio espiritual y su actual vida. Después de haber sufrido la persecución y la cruz del martirio durante los años del comunismo, la Iglesia rusa, por la gracia de Dios, habiendo recobrado hoy su ministerio de salvación, puede llevar la proclamación de Cristo resucitado a todas las esferas de la vida de la sociedad. Os invito también, a todos vosotros, jóvenes de diferentes países de Europa, a llevar la luz de esta vida transfigurada con la cual estaréis en comunión durante estos días santos en Moscú, a vuestras casas, ciudades y a vuestros países. Mientras la transfiguración del mundo visible todavía no alcanzó su cumplimiento y las tinieblas de los siglos todavía oscurecen el rostro de la Creación de Dios, vosotros, los jóvenes cristianos, como «hijos de la luz» (Lc 16,8), estáis llamados a dar testimonio de la luz de Cristo resucitado, encarnando en vuestras vidas los ideales del Evangelio y comprometiéndose activamente en la sociedad.
Les deseo todos los beneficios espirituales posibles durante estos días de peregrinación, la plenitud de la alegría pascual, e invoco la bendición de Dios sobre todos vosotros.
Hilarion,
Presidente del Departamento de Relaciones Exteriores
del Patriarcado de Moscú
Metropolitano de Volokalamsk.