TAIZÉ

Malasia

Pascua en Kuching

 
La Comisión de los jóvenes del Arquidiócesis de Kuching había invitado a dos hermanos para animar oraciones y talleres temáticos en el transcurso de un « Triduo de la espiritualidad », que reunía a jóvenes de toda la diócesis para el fin de semana de Pascua.
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«Saberse perdonado es quizás una de las alegrías más profundas, más liberadoras. Ahí está la fuente de la paz interior que Cristo quiere comunicarnos. Esta paz nos llevará lejos, irradiará para los demás y para el mundo.» (Carta de Chile)

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¿Cómo no pensar al último párrafo de la Carta de Chile esta mañana de Viernes Santo a Kuching, en el este de Malasia, reflexionando con cerca de 900 jóvenes sobre la Pasión por Jesús, signo del amor y del perdón de Dios para cada uno de nosotros?

De Jerusalén, la mañana de Pascua, la Buena Noticia irradió y tocó a gente de todas las regiones del mundo. Cantando «Dios es perdón», podíamos sentir la alegría en el corazón de los jóvenesque vinieron de toda la Arquidiócesis de Kuching, – comprendidas también las poblaciones autóctonas y las comunidades chinas. El arzobispo había invitado a los jóvenes de todas las parroquias de su diócesis a pasar juntos el Triduo pascual (del jueves santo al domingo de Pascua) para reflexionar sobre el centro de nuestra fe cristiana según el evangelio de san Marcos. Cada día hubo oraciones con los cantos de Taizé y muy rápidamente todos se los aprendieron de memoria, el canto fue de una belleza única. Cantamos «Jesus, remember me» en inglés, «Dios es perdón» en bahasa (la lengua nacional de Malasia), «O Domine Jesu Christe» en chino (hablado por muchos en Malasia oriental), etc rezando y venerando la cruz. Este viernes fue un momento muy especial en el que se podía sentir que Dios quiere estar cerca de cada uno de nosotros y que, en Jesús, lleva los sufrimientos de todos.

El domingo de Pascua los jóvenes compartieron algunos de los pesos de su vida diaria y contaron cómo el amor de Dios les ayuda a no abandonar, sino a continuar su camino. En el momento de estos testimonios sentíamos claramente cómo la resurrección de Jesús puede transformar la vida de la gente.

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Unas horas antes, durante la vigilia pascual, celebrada por todos los participantes al encuentro en la catedral ( y con presencia de todas las generaciones) asistimos al bautismo de 220 personas, sobre todo jóvenes. Signo fuerte de la vida nueva dada por la fe, el bautismo se hacía por inmersión. Todos esperaban alineados y descendían por turno en el agua de la piscina donde fueron bautizados. Luego salían del agua con su traje blanco de bautismo para recibir más tarde la vela de bautismo. Durante la confirmación cantamos ’Veni Sancte Spiritus’. Durante estos días pudimos ver realmente que el Espíritu Santo nos acompaña y actúa en el mundo. El Espíritu de Dios alimenta en nosotros una paz interior y nos da la alegría. Es esto lo que pudimos sentir durante estos días a Kuching. Estos jóvenes son un signo de Su presencia y continuarán irradiando la paz de Cristo en el mundo.

Visitas en Sarawak

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Un hermano de la comunidad estuvo ya a Sarawak (Malasia del este) en 2010. Uno de los acontecimientos notables fue el encuentro entre los jóvenes de dos parroquias que se encuentran a ambos lados de la frontera entre Malasia e Indonesia, en Borneo. Pertenecen a la misma etnia y hablan la misma lengua. Un grupo de la parroquia de Entikong vino hasta la parroquia de Tebedu, del lado malayo, con el responsable de su grupo de jóvenes. Después de haber participado en la Eucaristía dominical tuvieron el tiempo de encontrarse y de compartir, concluyendo con una comida todos juntos en la casa parroquial.

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Por la tarde a Kuching, capital de Sarawak, una bella oración se efectuó en el vestíbulo del Arzobispado con una buena centena de jóvenes, no sólo de la ciudad, sino que también de las parroquias lejanas y con jóvenes de diferentes denominaciones.

Última actualización: 27 de mayo de 2011