TAIZÉ

Argelia - agosto 2011

Un encuentro en Tlemcen

 
Como cada año desde hace cinco años tuvo lugar un encuentro (que duró una semana) al ritmo de las oraciones y del compartir, en una pequeña ciudad en Argelia, Tlemcen.

Estos encuentros son el fruto de una amistad de larga data entre la comunidad de Taizé y la Iglesia de Argelia la cual remonta a los años 50’, cuando varios hermanos vivieron en este país compartiendo la vida de habitantes de barrios desfavorecidos. Cuando el país se independizó y la acogida de jóvenes en Taizé se disparó los hermanos volvieron a Francia.

Pero desde ese momento los lazos nunca se rompieron. Estos lazos fueron reforzados con la participación en los encuentros en Taizé de estudiantes subsaharianos, que culminan sus estudios en Argelia. Ciertos años llegó a haber setenta por semana.

Hacer este viaje y encontrar a jóvenes de otros continentes fue para muchos una gran bocanada de aire. Como extranjeros en un país con una cultura muy diferente de la suya, y sobre todo como cristianos que viven en una sociedad musulmana, su situación no es siempre fácil. Por ejemplo, la libre expresión de la fe es sólo posible bajo ciertas condiciones. Deben ser extremadamente discretos sobre lo que los anima y habita en profundidad.

Con los años, las dificultades de orden administrativa complicaron el viaje a Francia y la acogida de estos estudiantes en Taizé, es así que tuvimos que buscar cómo continuar expresando nuestra solidaridad para con ellos. Una intuición nos ayudó a sobrepasar los obstáculos: hacer lo poco que podemos hacer. Así nació la idea de continuar encontrándose durante el verano, pero en Argelia. Visto desde Europa esto parece bastante sencillo pero en medio a la realidad del país no lo es en absoluto.

La idea original era reunir a unos cincuenta estudiantes durante una semana para rezar e compartir. Ahora Taizé-Tlemcen es como una cita fija para numerosos estudiantes africanos en Argelia. Cada año el número de jóvenes que participa en esta semana no deja de aumentar, respondiendo así a una sed real de la parte de estos jóvenes: poder encontrarse entorno a Cristo. Dichos encuentros son preparados en comunión con la Iglesia del país.

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A lo largo de la semana los estudiantes estuvieron en comunión, por medio de la misma oración y los mismos cantos, con los miles de jóvenes presentes en Taizé. Además, la presencia de un joven voluntario de Taizé acercó aún más a los jóvenes participantes a la vida de la colina.

Última actualización: 27 de octubre de 2011