TAIZÉ

En Sudán del Sur, en verano de 2013

 
Algunas noticias de Sudán del sur, después de la visita de un hermano.

Yambio es la capital del Estado de Ecuatoria Occidental, al sur del país, en el bosque que se prolonga hasta el Congo y en África central. Un sacerdote nos cuenta: « en nuestra región, hemos acumulado las pruebas: hubo una guerra, luego los abusos de la Lord`s Resistance Army. Muchos están aun traumatizados y no quieren regresar a sus aldeas. Los jóvenes son numerosos, listos para comenzar a trabajar. Solo necesitamos formarlos, educarlos, poder desarrollar su potencial. Pero el 80 % de ellos no fueron a la escuela y no tienen trabajo. ¿Cómo hacer con aquellos que tienen más de veinte años para darles un objetivo en sus vidas? »

Rumbek está en el corazón de la región de dinka. La puerta de la habitación del Padre Colombo, administrador de la diócesis, donde vive y trabaja, está siempre abierta. Luego de algunos minutos donde se percibe un gran cansancio, su discurso cobra vida y la pasión por la misión surge. El nos explica: « Solo para la parroquia de Rumbek se necesitarían unas veinte capillas, las necesidades pastorales son muchas. También está la formación de los seminaristas. Estoy en África hace décadas, y este es el lugar más duro y pobre que he estado. »

John Mathiang es uno de los tres sacerdotes dinkas de la diócesis de Rumbek, ayudó a fundar una escuela primaria que acoge, además de los niños de la aldea, los niños de los repatriados del norte en vias de integración. « El ministerio de educación solo asegura dos puestos a profesores, dice, para los otros pedí a jóvenes graduados de la escuela secundaria que aseguren una enseñanza de forma voluntaria. Gracias a la Operación Esperanza pudimos construir un lugar para almacenar la comida y preparar el desayuno para los niños. Es una fuerte motivación para que vengan a clases. En sus hogares muchas veces solo tienen una sola comida al día. Además, seguimos construyendo aulas para aquellos que aún tienen aulas bajo los árboles, en Karité. »

Desde hace dos años, cerca de un millón de refugiados de la guerra civil regresaron a Sudán del Sur, ya independiente. Subieron el Nilo en barcazas y luego fueron encaminados en camiones. Son originarios de la región, pero la mayor parte de ellos nunca vivieron aquí. Nacieron al norte, en los campos, alrededor de Khartoum y hablan dinka con dificultad y aún no se han integrado en la sociedad tradicional. « Vamos a tener que integrarlos poco a poco, los niños ya vienen a la escuela primaria » explica John Mathiang.

En todas partes los jóvenes expresan su deseo de formación y estudio y la voluntad de trabajar, si alguien se lo da. El establecimiento de redes y planes de desarrollo es una cuestión de unos años. Las necesidades son tales que todos tendrán algo para hacer. ONGs, agencias de la ONU, institutos religiosos e incluso la administración local propone estrategias, medios, personal generoso y calificado. Es notable que muchos de estos jóvenes son conscientes de la necesidad de profundizar sus fundamentos personales en vista de construir sus vidas y servir a su comunidad y su país. Sienten que la fe y una comunión con Cristo es fundamental para establecer de manera solida y duradera esta referencia. Son capaces de descubrir que la reflexión de un texto bíblico, que una oración de escucha son los caminos por los cuales Dios nos puede iluminar y permanecer en nosotros. Un acompañamiento, una experiencia compartida pude animarlos y los confirma.


  • Población estimada cerca de 12 millones de habitantes.
  • La esperanza de vida : 42 años.
  • 73 % de analfabetismo, 1,6 % tiene acceso a la escuela secundaria.
  • 50 % de la población vive por debajo del umbral de la pobreza
Última actualización: 6 de septiembre de 2013