Breve meditación del día
19 de noviembre de 2018
«Jesús el Cristo, Luz de mi corazón, no dejes que mis tinieblas me hablen.» Al escribir esta oración, San Agustín tuvo la siguiente intuición: cuando nuestras propias tinieblas atraen nuestra atención, se entabla un parloteo interior con lo que nos hace mal de nosotros mismos. ¿A dónde conduce? A ninguna parte.
Tomado del libro:
En ti la Paz - Meditaciones para cada día del año hno. Roger, ediciones San Pablo
En ti la Paz - Meditaciones para cada día del año hno. Roger, ediciones San Pablo