TAIZÉ

El Silencio en Taizé

 

En Taizé, el silencio tiene un lugar central. Algunos jóvenes pasan la semana entera en silencio. En el corazón de cada oración, todos están invitados a rezar en silencio durante un tiempo prolongado.

Algunos sienten la necesidad de retirarse de la muchedumbre y del programa cotidiano. Existen lugares para aquellos que deseen pasar un tiempo más largo en silencio, como la fuente de San Esteban o la iglesia del pueblo.

Durante la semana de reflexión para aquellos entre 18 a 35 años, un joven de Alemania, Lukas, ha compartido sus reflexiones en relación al silencio. Él nos da algunas ideas que relaciona al silencio, cada una está acompañada de una corta explicación.



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Liberar nuestras almas de sus cargas

En la vida cotidiana, estamos permanentemente confrontados a problemas, responsabilidades, combates. A veces siento la necesidad de liberarme de todo eso.

Escucharnos a nosotros mismos

Estamos constantemente solicitados por numerosas expectativas de aquellos que viven en torno a nosotros. El silencio es la ocasión para centrarme en lo que realmente necesito.

Vaciarse para que Dios pueda hablar

El vacío abierto por el silencio permite a Dios hablarnos al corazón. ¿No estamos a menudo distraídos, lejos del llamado que Dios nos dirige?

Quitar nuestras máscaras, encontrarnos a nosotros mismos

Por el silencio entro en un espacio donde encuentro mi verdadero yo, sin las máscaras que llevo habitualmente delante de los demás. En una relación personal con Dios, puedo confiar con todo mi corazón.

Ser colmados por la presencia de Dios

Por esta confianza renovada, la presencia de Dios puede colmar mi vida entera. El silencio es el primer fruto.

Ser un niño

Como un niño que confía en sus padres, el silencio me permite estar seguro y con plena confianza en las manos de Dios.

Abandonarnos

En el silencio, deseo abandonarme en las manos de Dios, para responder con todo mi amor al amor que Él tiene por mí.



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Última actualización: 23 de noviembre de 2017

Notas

[1Foto: Lukas Schmalenstroer

[2Foto: Jaroslav Urik