Liubliana, mayo 2012
Un mosaico de encuentros en plena primavera eslovenaDesde el 28 de abril al 1 de mayo de 2012, tuvo lugar un encuentro internacional de jóvenes en la capital de Eslovaquia. Esta nueva etapa de la peregrinación de confianza a tráves de la tierra permitió a los jóvenes de muchos países experimentar la hospitalidad eslovaca y arraigarse en la fe.
En las orillas del Ljubljanica, los primeros auténticos días de primavera causan una impresión muy hermosa de serenidad en el centro peatonal de la ciudad. Como en un mosaico, cada uno de los participantes, cada uno de los voluntarios, de los cristianos de la ciudad aportan su toque de color y la diversidad del país, de las generaciones, de las culturas y de las confesiones cristianas dan una idea verdadera de la universalidad de la Iglesia. Para algunos, este encuentro evoca una reunión anterior que se celebró hace unos veinte años en esta ciudad, y que el hermano Alois, ya en la primera tarde del encuentro, recordó en su meditación :
Entre las generaciones jóvenes también existe el recuerdo de conflictos que han dividido esta región de Europa hace dos décadas. Stefan, nacido en el sur de Austria, escribe :
Atravesar fronteras, es lo que todos los jóvenes que vienen del extranjero han vivido para llegar a Eslovenia. Maria y Radek, de Polonia, han contado cómo su viaje hasta Ljubljana ha formado parte de la peregrinación de confianza :
A su llegada, los peregrinos eran acogidos por un equipo de voluntarios de la ciudad y de sus alrededores, que se habían preparado para ese momento desde hacía varias semanas. En las parroquias de acogida al igual que en el centro de pastoral juvenil, se llegó a pensar en los más mínimos detalles y los jóvenes eran verdaderamente esperados. Matej, de una de las parroquias de acogida de la ciudad, escribe :
Los jóvenes peregrinos provenían de una treintena de países, en prticular de Europa centtral y de uropa del Este – Hungría, Ucrania, Polonia – pero también de Europa ocidental e incluso de ¡Nepál y de Nueva Zelanda ! El joven que venía de este último país, Daniel, dijo esto :
Como ocurre a menudo en los encuentros de la peregrinación de confianza, la hospitalidad dada y recibida fue , entre otros, el recuerdo más señalado. A algunos jóvenes se les prestó, con confianza, bicicletas para para facilitar sus desplazamientos, otros fueron acompañados un día trás otro. El último día, los niños sentían pena al ver cómo se marchaban sus huéspedes. Lucas de Indonesía describe esta amistad efímera:
A veces, la comunicación no era fácil pero esta dificultad no alteraba la buena voluntad entre unos y otros, como dice Daniel de Alemania :
Cada día, se celebraba en las iglesias de la ciudad una oración de la mañana, después los pequeños grupos de intercambio ayudaban a los jóvenesa profundizar en su reflexión a partir de la Palabra de Dios y sobre los temas de la « Carta 2012 – Hacia una nueva solidaridad». A primeras horas de la tarde, estaban propuestos varios encuentros para todos los jóvenes y para los cristianos de la ciudad sobre algunos temas en relación con la fé, el arte y la vida social. Entre las propuestas, podemos nombrar una visita guiada de la iglesia ortodoxa serbia, el testimonio de un anciano deportado, un encuentro en un hogar de El Arca, un encuentro con las Hermanitas de Jesús que viven en Ljubljana y Zagreb. Algunas personas que trabajan en el campo social y algunos responsables políticos han sostenido el encuentro con su presencia, y algunos jóvenes provenientes de diferentes países han sido acogidos en el Ayuntamiento de la ciudad para un encuentro informal. Para la comida de medodía, los jóvenes se reunían en un parque, invitados por la comunidad jesuíta de la ciudad, que pusó a disposición su iglesia de San José, la más grande de la ciudad. La sencilla ornamentación, la coral y los instrumentistas, la participación de todos han hecho de las oracions comunes un momento de profundo reencuentro con las fuentes de la salvación. Además de los estribillos de Taizé cantados en varios idiomas, la asamblea cantó también dos cantos del repertorio eslovaco. Un joven francés de 16 años lo recuerda así :
Compartimos la última comida de mediodía en las parroquias de acogida, con las familias y los jóvenes. Era muy agradable ver a las diferentes generaciones intercambiar un pic-nic, desde los niños a las personas más mayores pasando por los jóvenes de diferentes países. Al final del encuentro, el arzobispo de Ljubljana acogió a todos los participantes en la catedral de la ciudad para rezar juntos por última vez, ése fue el momento de decirse hasta la vista. El hermano Alois aprovechó para dar las gracias de todo corazón a las familias y a las parroquias de acogida, como también a los numerosos jóvenes voluntarios que habían participado en el encuentro. Valeria, de Bielorrusia, saca esta conclusión del encuentro :
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