Taizé y Sudáfrica

Cada año, docenas de Sudafricanos hacen una estadía en Taizé y participan en los encuentros internacionales. Hoy son muchas las generaciones que han podido tener la experiencia de la oración común y la fraternidad vividas con la comunidad, Parábola de Comunión. El mismo Hermano Roger estaba muy atento a su presencia a causa de la larga aflicción del apartheid (segregación institucional) que ese país estaba atravesando, pero aún más personalmente a causa de que un acontecimiento de familia, que le gustaba recordar, le había marcado (“Frescor de una fuente”, escrito con la Madre Teresa, capítulo 13).

El Pastor Calvin Mapopé, de la región austral de África, visitó la familia Schutz en 1925 y se le pidió bendecir a cada niño antes de partir. “Como yo era el menor, fui bendecido último”; y continúa el hermano Roger, “Desde ese día mi madre ha estado diciéndonos, ‘la fe está desapareciendo de Europa, pero volverá a nosotros en su frescor original por medio de los cristianos del Sur, africanos por ejemplo.”

Retrato del Rev. Calvin Mapopé, 1925, Lausanne, Fundación Ermita.


La presencia de Sudafricanos en Taizé data de los años 1960. Uno de los primeros probablemente fue el teólogo especialista en Dietrich Bonhoeffer, John de Gruchy. Él recuerda: “Mi primera visita a Taizé tuvo lugar en 1964, escuché sobre Taizé mientras estudiaba en Chicago el año anterior. Les escribí y fui invitado a ir y quedarme por una semana. Tengo la impresión de que fui el primer Sudafricano en tener esta experiencia. Tomé el tren en Ginebra y me recuerdo aún subiendo la colina, hacia la antigua puerta del monasterio cerca de la iglesia del pueblo. No tenía una expectación específica ni un programa en mente, todo fue decidido por el hermano neerlandés que se preocupó de mis horarios y me dijo que haría un retiro en silencio, algo que nunca había hecho antes. En ese tiempo, eran pocos los visitantes y los encuentros de jóvenes aún no comenzaban. Participé en las oraciones diarias, comía en silencio, leí la regla de Taizé varias veces y también libros del hermano Roger y del hermano Max, e hice largas caminatas en el campo. Hasta ese momento, nunca escuché sobre la música de Taizé ni había experimentado la confesión personal. Fueron experiencias2 que dieron forma a mi vida.”

John de Gruchy, Julio de 2017 en su estudio en Volmoed con los hermanos Norbert y Luc.


A finales de Noviembre de 1978, viniendo desde Nairobi, el hermano Roger junto al hermano Alois y al hermano John pasaron algunos días en Sudáfrica, en Johannesburgo y Ciudad del Cabo. En Ciudad del Cabo, tuvo lugar una Oración en Noxolo, una escuela en el corazón de Cross Roads, población donde viven más de 20.000 africanos. Los hermanos fueron acogidos por el Rev. Kani, otros pastores y el alcalde de Cross Roads. La hermana Thérèse-Pascale de Jesús escribió en su diario de ese año: “Mientras el canto continuaba, el hermano Roger se arrodilló frente a cada persona, viejos, jóvenes, niños, pidiendo a cada uno hacer el signo de la cruz en la palma de su mano como gesto de perdón que pudiera traer de vuelta para los jóvenes en Europa. La gente se lo tomó muy en serio, haciendo el signo de la cruz con mucho respeto. Luego, los hermanos fueron recibido por el padre Basil en Holy Cross, en District Six, barrio que estaba pasando por una dramática destrucción. En Johannesburgo, encuentros y visitas tuvieron lugar en Soweto. Los hermanos visitaron Bayers Naude, quien estaba bajo arresto domiciliario, y se encontraron con Desmond Tutu, recientemente elegido Obispo de Lesoto y Secretario General del Consejo de las Iglesias de Sudáfrica.

Hermano Roger, Cross Road, 1978


El año 1979, Desmond Tutu visitó Taizé . Escribió este recuerdo: “mientras rezaba en la Iglesia de la Reconciliación rodeado por 5.000 jóvenes de diferentes puntos de nuestro globo, lo único que puedo creer es que me fue concedida una visión de inspiración divina – no sería maravilloso que una peregrinación de jóvenes sudafricanos de todas las razas pudiera venir a Taizé para adorar, reír, amar, forjar juntos una prueba de nuestra fe en una Sudáfrica no racial? Me dieron el número – 144, por los 144.000 santos de Apocalipsis 7”.

Esta visita a Taizé de 144 jóvenes sudafricanos de todas las razas del país y 20 iglesias diferentes tuvo lugar en Julio de 1980. El Obispo Tutu, quien preparó esta peregrinación, no pudo participar porque le habían quitado su pasaporte. El Obispo Bruce Evans acompañó al grupo. En un “Mensaje a los jóvenes de Sudáfrica” escrito en Taizé el 19 de Julio de 1980, los participantes declararon que “nuestro grupo de jóvenes de todas las razas y tradiciones cristianas testifica la mentira de la ideología del apartheid, que proclama que nunca más podemos vivir juntos. Nuestra esperanza está enraizada en las palabras de San Pablo “Ya no hay judío ni griego; no hay esclavo ni libre; no hay varón ni mujer”, Él ha roto todas las barreras que nos separaban de Dios y de los demás, y nos ha llamado a una nueva sociedad basada en el amor, la justicia, el compartir y un gran respeto por la imagen de Dios en cada persona”. “Para nosotros, esta experiencia deberá tener una influencia y un impacto por el resto de nuestras vidas” dice un peregrino.

Cobertura del cuadernillo de recuerdo de la Peregrinación de Esperanza de 14 jóvenes Sudafricanos, 1980


En 1995, un año después de la primera elección multiracial en el país y el ascenso de Nelson Mandela a la presidencia, la comunidad respondió a la invitación de las Iglesias y facilitó un encuentro internacional en Johannesburgo. Hermanos pasaron varios meses allí preparándolo. Miles de jóvenes de todo el país, de países vecinos y de países más lejanos se reunieron desde el 5 al 7 de Mayo de 1995. El hermano Roger participó. El Presidente Nelson Mandela se dirigió a los participantes en un mensaje: “Por un tiempo, todo el mundo ha estado mirando a Sudáfrica, y lo que estamos construyendo aquí ha tenido un impacto mucho más allá de los límites de nuestro país. Animo a los jóvenes a aceptar la responsabilidad y no ceder a la impaciencia o la desesperanza. Esta generación puede ser un fermento de esperanza para muchos jóvenes en todo el mundo que buscan caminos para construir confianza en la familia humana. Con el servicio y el apoyo mutuos, podemos avanzar juntos, encontrando fuerza y alegría en la solidaridad que nos une.”


Después de (2008), Kigali (2012) y Cotonu (2016), desde el 25 al 29 de Septiembre de 2019, el encuentro de Ciudad del Cabo será la nueva etapa africana de la Peregrinación de Confianza.

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