Recientemente un hermano de la comunidad viajó a Albania. Este viaje de diez días ha sido la ocasión de visitar a los grupos de jóvenes que se habían reunido para un fin de semana de oración y encuentro en el mes de noviembre en la capital, Tirana.
Las visitas del exterior son raras en este país que permaneció hasta el final de los años 80 muy aislado bajo un régimen comunista muy duro y en el cual la práctica religiosa estaba prohibida severamente. El visitante es acogido muy calurosamente y a menudo se oye la pregunta: ¿Qué le parece nuestro país? ¿Qué piensa de Albania? Lo que llega más es la acogida de la gente, pero el país, situado entre el mar al oeste y la montaña al este seduce también por la belleza de su naturaleza.
A lo largo de los años los cambios en la infraestructura son bien visibles. No obstante, sobre todo en las regiones montañosas que representan un 70% de la superficie, la vida de la población se somete a grandes dificultades, debidas a los cortes de electricidad frecuentes, y también a la falta de escuelas y hospitales. Las carreteras están a menudo en muy malo estado y los sacerdotes que van a los pueblos distantes deben a menudo hacer varias horas de camino, a veces incluso a pie o a lomo de caballo o mula. Debido a esta situación, muchas familias dejan su casa y sus tierras para instalarse en torno a las grandes ciudades, como Tirana o Durrës. En esta ciudad portuaria, pudimos visitar a un joven religioso que se instaló en un almacén muy viejo en medio de chozas y casas simples, para dar a los jóvenes cursos de catecismo y ayudarlos en la escuela. Como no hay iglesia, la misa se celebra a cielo abierto, incluso cuando llueve. La hermana nos habla de la importancia de una oración muy sencilla para estos jóvenes que viven cambios a veces muy rápidos, y que corren el riesgo de no poder seguir “internamente”.
Es alentador ver a los niños y a los adolescentes que participan a menudo muy gustosos en las actividades de la iglesia, como entre otras cosas a Hot i RI, un pueblo al norte del país, donde alrededor de 140 jóvenes entre 15 y 20 años de toda la región se reunieron para una oración con los cantos de Taizé, seguido de un encuentro en torno al tema del perdón y la reconciliación. Esta oración mensual tiene lugar desde enero. En otros lugares como Mamurras, Durrës, Sukth, Tirana o Shkodër los jóvenes se reúnen una vez por semana para un tiempo de oración.
En el monasterio de Shen Vlash, que alberga hoy la Academia de teología de la Iglesia Ortodoxa, también encontramos a Imzot Andoni, joven obispo albanés, con algunos profesores y estudiantes.