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TAIZÉ

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Consejo de la Comunidad: Oración del hermano Alois

Como cada año, los hermanos tuvieron a finales de enero su consejo comunitario. Esta es la oración de conclusión que el hermano Alois pronunció la tarde del domingo, 30 de enero.

Jesucristo, te alabamos de todo corazón. Tú quieres hacer de nosotros testigos del amor de Dios en las grandes convulsiones actuales de la sociedad y de la Iglesia. Te damos gracias por el don de la unidad que haces a nuestra pequeña comunidad, es un tesoro inestimable del que queremos cuidar.

Este tesoro es multiforme. Te damos gracias por habernos conducido durante estos días de consejo a poner luz en nuestra gran diversidad. Tú nos envías el Espíritu Santo que da la vida, anima la creatividad en cada uno y nos une en el amor de Dios. Danos creer en su presencia.

Tú, Cristo, soplas tu Espíritu sobre nosotros tanto en la oración como en nuestra vida fraterna; en ella encontramos también una fuente de tu presencia. Así, en el corazón del esfuerzo por cuidar de nuestra vida fraterna, siempre para salir de nosotros mismos y acoger al otro, tú nos comunicas una alegría, tu alegría de Resucitado.

Ponemos ante ti todo lo que nos hemos dicho durante este consejo. ¡Que nuestro diálogo de fruto! Concedenos que continuemos preguntándonos sobre la multiculturalidad entre nosotros, el acompañamiento personal, la corresponsabilidad para el conjunto de nuestra vida a través de las múltiples tareas y actividades, sobre nuestra búsqueda de la unidad de los cristianos. Llénanos de flexibilidad y valor para ponernos a la escucha de tu Espíritu Santo a fin de avanzar en estos campos y en muchos otros.

Cristo Jesús, tú nos envías al mundo. Alabado seas por nuestros hermanos que viven en fraternidades en diferentes países. Gracias por las hermanas que viven cerca de nosotros y con los que tú nos concedes caminar juntos. Gracias por todos los lazos con tantas personas de nuestra región. Gracias por los migrantes acogidos junto a nosotros que se integran cada vez más en nuestro país. Alabado seas por los jóvenes que quieren venir a Taizé a lo largo del año que comienza. Alabado seas por nuestra peregrinación de confianza que como un arroyo se abre paso por todo el mundo, próximamente en Oriente Medio, en Tierra Santa.

Pero te confesamos también, Cristo Jesús, que hemos fallado en hacer la voluntad de amor. Te confiamos en particular las personas que han sido víctimas en Taizé de abusos o de agresión, sexuales o psicológicos. Sostenles en su soledad, cura sus heridas. Y danos el valor de escuchar su sufrimiento, de escuchar también sus demandas y consejos, y de hacer todo lo posible para ayudarles.

Hacia ti, Cristo, nos volvemos. ¿A quién otro podríamos ir? Tu tienes las palabras de vida. Te pedimos que acompañes a toda la Iglesia y la humanidad entera, que recorre una especie de éxodo, un paso hacia otra cosa, una travesía por el desierto. Como tantas personas, conocemos un momento de falta de visibilidad clara del futuro. Pero nos permites regresar en ti a la fuente y ser artesanos de unidad. Con confianza te decimos esta oración de un salmo: “Señor, no abandones la obra de tus manos”.

Y ahora, después de haber cantado juntos al Espíritu Santo, aquellos de los hermanos que han hecho su compromiso por toda la vida van a postrarse en el suelo para recordar su ofrenda a Dios.


Mensaje del hermano Alois para la apertura del camino sinodal en Roma

El Hermano Alois fue invitado a intervenir el sábado 9 de octubre de 2021, en Roma, en la apertura del camino sinodal de la Iglesia católica, que durará dos años, sobre el tema de la sinodalidad. Aquí está el texto que pronunció en esta ocasión.

Muchas gracias, Santo Padre, por haber convocado a este sínodo. En Taizé nos ha conmovido profundamente el haber sido invitados a su inauguración. Le agradecemos también la tradición de convocar representantes de otras Iglesias. Será valioso escucharles hablar de cómo practican la sinodalidad, de sus beneficios y de sus límites.

Este camino sinodal adviene en un momento crucial donde observamos dos evoluciones contradictorias. Por una parte, la humanidad se vuelve más consciente del vínculo que todos compartimos entre nosotros y también con toda la creación. Por otra parte, se agravan polarizaciones a nivel social, político y ético, que provocan nuevas fracturas en las sociedades, entre los países y hasta en las familias.

Desgraciadamente, entre nuestras Iglesias, y también al interior de ellas, las diferencias tienden a convertirse también en polarizaciones separatistas, cuando más bien nuestro testimonio de paz sería vital.

¿Cómo avanzar en la unidad entre los cristianos? Recientemente, pregunté esto al pastor Larry Miller, antiguo secretario general del Foro Cristiano Mundial. Él me respondió: “No es bueno comenzar diciendo: ‘ésto es lo que somos y por ello tenemos razón’. Se trata más bien de reconocer nuestras debilidades y de pedir a las otras Iglesias de ayudarnos a recibir lo que nos falta; es el ecumenismo receptivo, que nos permite acoger lo que viene de los demás”. ¿Acaso no es cierto lo que dice este pastor? Todos llevamos el tesoro de Cristo en vasijas de barro, y quizás este tesoro puede irradiar más cuando reconocemos humildemente lo que nos falta.

Dentro de la propia Iglesia católica, el sínodo sacará a la luz las grandes diversidades existentes. Éstas serán aún más fructíferas cuando se profundice al mismo tiempo la búsqueda de la comunión. No para evitar u ocultar conflictos, sino para alimentar un diálogo que reconcilia.

Para favorecer este diálogo, me parece conveniente que hayan en el camino sinodal momentos de respiro, como paradas, para celebrar la unidad ya realizada en Cristo y para visibilizarla.

A este propósito, Santo Padre, ya que usted nos invita a soñar, quisiera compartir un sueño. ¿Sería posible que un día durante el transcurso del camino sinodal, no solo los delegados, sino el pueblo de Dios con creyentes de diversas Iglesias, y no solo los católicos, fueran invitados a un gran encuentro ecuménico? Pues, por el bautismo y por la Santa Escritura somos hermanas y hermanos en Cristo, reunidos en una comunión aún imperfecta pero bien real, incluso cuando las preguntas teológicas están aún en suspenso.

Un encuentro de este tipo – aquí en Roma y al mismo tiempo en otros lugares del mundo – tendría al centro una celebración sobria a la escucha de la palabra de Dios, con un momento largo de silencio y una plegaria por la paz. ¿Podrían ser jóvenes los animadores de esta iniciativa? Una celebración de este tipo, ¿podría prolongarse con intercambios interconfesionales? Descubriríamos que estando unidos en Cristo, nos volvemos artesanos de paz.

Nuestra experiencia en Taizé me anima a hacer tal propuesta. En nuestra comunidad, viniendo de diversas confesiones, vivimos bajo el mismo techo. Desde más de 60 años acogemos a jóvenes de diferentes Iglesias o que vienen simplemente en búsqueda de un sentido a sus vidas. Lejos de ponernos de acuerdo en un pequeño denominador común, somos constantemente impulsados a ir a la fuente del Evangelio, ante Cristo resucitado que, por el Espíritu Santo, nos conduce juntos hacia al Padre de todos los humanos sin excepción.

Foto: Tilen Čebulj

Vivir la Semana Santa y Pascua desde Taizé

En esta página, encontrarás las distintas publicaciones realizadas en las redes sociales de Taizé durante la Semana Santa y el Día de Pascua.

Domingo de Ramos

Fotos de la oración en la fuente de Saint-Etienne


Reflexión del día | hno. Stephen


Lunes

Reflexión del día | hna. Gabi


Oración del mediodía en directo


Oración del mediodía en directo


Miércoles

Reflexión del día | hno. Sébastien


Oración del mediodía en directo


Jueves Santo

Reflexión del día | hno. Jean


Oración del mediodía con el lavatorio de los pies


Programa especial animado por jóvenes voluntarios


Viernes Santo

Reflexión del día | hna. Clare


Oración del mediodía en directo con la procesión de la cruz


Programa especial animado por jóvenes voluntarios


Sábado Santo

Reflexión del día | hno. András


Oración del mediodía en directo


Programa especial animado por jóvenes voluntarios


Domingo de Pascua

Celebración de Pascua de Resurrección


Programa especial animado por jóvenes voluntarios

Hermano Sylvain (1933-2021)

El martes 2 de febrero, el hermano Sylvain falleció en paz. Estuvo en buena forma hasta el último día, había cenado con los hermanos y luego se sintió mal. Murió casi de inmediato. Tenía 87 años.

La celebración en su memoria tuvo lugar este viernes 5 de febrero a las 12 horas, en la Iglesia de la Reconciliación de Taizé.


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Marzo 2016

Artículo del hermano Alois

EL hermano Alois escribió un artículo sobre el tema de los refugiados en Europa, el cual ha sido publicado en varios periódicos europeos.

Lista de los periódicos que publicaron el artículo:

  • “Magyar Nemzet Magazin” (Hungría)
  • “Dennik N” (Eslovaquia)
  • “Lidove noviny” (República checa)
  • “Przewodnik Katolicki” (Polonia)
  • “La Croix” (Francia)
  • “La Libre Belgique” (Bélgica)
  • “Nederlands Dagblad” (Holanda)
  • “Church Times” (Inglaterra)
  • “Avvenire” (Italia)
  • “Publico” (Portugal)

Vayamos más allá del miedo a las migraciones

Por todo el mundo, mujeres, hombres y niños se ven obligados a dejar su tierra. Es su sufrimiento lo que crea en ellos una motivación para partir. Este sufrimiento es más fuerte que todas las barreras que se alzan para obstaculizar su camino. Puedo dar fe de ello, después de mi reciente estancia de unos días en Siria. En Homs, el grado de destrucción provocado por los bombardeos es inimaginable. Una gran parte de la ciudad está en ruinas. He visto una ciudad fantasma y he sentido la desesperación de los habitantes de este país.

Hoy son sirios los que confluyen hacia Europa, mañana serán otros pueblos. Los grandes flujos migratorios que estamos presenciando son inevitables. No darse cuenta de ello sería ser corto de miras. Buscar cómo regular estos flujos es legítimo e incluso necesario, pero querer impedirlos levantando alambradas erizadas de púas es absolutamente inútil.

Ante esta situación, el miedo es comprensible. Resistir a él no significa que el miedo deba desaparecer, sino que no debe paralizarnos. No permitamos que el rechazo al extranjero se arraigue en nuestra mente, porque el rechazo al otro es el germen de la barbarie.

Como primer paso, los países ricos deberían adquirir más clara conciencia de que tienen una parte de responsabilidad en las heridas de la historia que han provocado, y que continúan provocando, inmensas migraciones, especialmente desde África y Oriente Medio. Y hoy, determinadas decisiones políticas siguen siendo fuente de inestabilidad en estas regiones. Un segundo paso debería llevarlos a ir más allá del miedo al extranjero, a las diferencias culturales, y a comenzar valientemente a modelar el nuevo rostro que las migraciones están dando ya a nuestras sociedades occidentales.

En lugar de ver en el extranjero una amenaza para nuestro nivel de vida o nuestra cultura, acojámosle como un miembro de la misma familia humana. Y descubriremos que, si bien el flujo de refugiados y de migrantes crea sin duda dificultades, puede ser también una oportunidad. Estudios recientes muestran el impacto positivo del fenómeno migratorio, en la demografía y en la economía. ¿Por qué tantos discursos subrayan de tal manera las dificultades, sin poner nunca de relieve lo positivo? Quienes llaman a la puerta de países más ricos que el suyo impulsan a éstos a ser más solidarios. ¿Acaso no les ayudan a tomar un nuevo aliento?

Querría mencionar aquí nuestra experiencia en Taizé. Es humilde y limitada pero muy real. Desde noviembre del año pasado, en colaboración con el gobierno local, la mancomunidad a la que pertenece nuestra aldea y asociaciones locales, alojamos en Taizé a once jóvenes migrantes sudaneses – la mayor parte de Darfour – y de Afganistán, todos ellos llegados desde la «jungla» de Calais. Su llegada ha despertado un impresionante impulso de solidaridad en nuestra región : voluntarios que vienen a enseñarles francés, médicos que les tratan gratuitamente, vecinos que les llevan de excursión por los alrededores y a pasear en bicicleta… Rodeados por esta amistad, estos jóvenes, que han atravesado experiencias trágicas en su vida, están reconstruyéndose. Y un sencillo contacto, como éste, con personas musulmanas, cambia la mirada de quiénes les rodean.

En la aldea, estos jóvenes también han sido acogidos por familias de diversos países – Vietnam, Laos, Bosnia, Ruanda, Egipto, Iraq – que llegaron a Taizé a lo largo de las décadas anteriores y que hoy forman parte integral del entorno. Todos ellos han experimentado grandes sufrimientos pero aportan vitalidad a nuestro pueblo gracias a la riqueza y la diversidad de sus culturas.

Si una experiencia como esta es posible a pequeña escala, ¿por qué no sería posible a una escala mucho mayor? Es un error pensar que la xenofobia es el sentimiento más ampliamente compartido – a menudo, se trata sobre todo de desconocimiento. En cuanto son posibles los encuentros personales, los miedos dejan paso a la fraternidad. Ésta implica ponerse en el lugar del otro. La fraternidad es el único camino para preparar un futuro de paz.

Asumiendo juntos las responsabilidades a las que llama esta ola migratoria, en lugar de poner en juego los miedos, los responsables políticos podrían ayudar a la Unión Europea a recobrar un dinamismo que ha decaído.

Toda una joven generación europea ansía esta apertura. Lo sabemos bien, habiendo acogido desde hace muchos años, en nuestra colina de Taizé, a decenas de millares de jóvenes de todo el continente que participan semana a semana en encuentros internacionales. A sus ojos la construcción de Europa solo encuentra su verdadero sentido si se muestra solidaria con los otros continentes y con los pueblos más pobres.

Muchos jóvenes europeos encuentran difícil comprender a sus gobiernos cuando estos manifiestan la intención de cerrar las fronteras. Estos jóvenes piden, antes bien, que la globalización de la economía esté asociada a una globalización de la solidaridad, y que se exprese, especialmente, ofreciendo una acogida digna y responsable a los migrantes. Muchos de ellos están dispuestos a colaborar. Atrevámonos a confiar en que también la generosidad tiene un papel clave que jugar en la vida pública.


El Hermano Alois ha pasado la Navidad en Siria

En la víspera del encuentro europeo de jóvenes de Valencia, el hermano Alois llegó a España directamente desde Siria. Él pasó la Navidad en Homs, cerca de quienes sufren a cauda de la violencia, en una ciudad en ruinas. Previamente había estado unos días en Beirut con dos hermanos de la comunidad que han vivido durante dos meses en el Líbano con los refugiados.

El lunes por la tarde, el hermano Alois habló sobre su viaje a Oriente Medio durante su primera meditación a los jóvenes participantes en el encuentro europeo.

Se reanudan las grandes semanas de encuentros

Tras la tranquilidad habitual del invierno, se han reanudado las grandes semanas de encuentros. Durante las dos últimas semanas, más de 3000 jóvenes han visitado la colina, la mayoría estudiantes franceses y portugueses de secundaria. Los grupos más numerosos vinieron de Toulouse, Saint-Denis y Lyon en Francia, y Viseu y Santarem en Portugal. Los obispos de Angers, Rodez y Saint-Denis acompañaron a los jóvenes franceses. Otros países estuvieron bien representados, como la República Checa, Corea y los Estados Unidos, de donde nos visitaron una treintena de adolescentes neoyorquinos.

El primer día de la semana de oración por la unidad de los cristianos, el 18 de enero, se celebró en Taizé, en la Iglesia de la Reconciliación, una oración que contó con la presencia del obispo de Autun y el pastor de Chalon-sur-Saône. Los cristianos brasileños prepararon el tema de esta semana, por ello, dos hermanos que vivieron en este país animaron un encuentro sobre la vida de la fraternidad en Alagoinhas

Dos semanas más tarde, una vez acabado el consejo que la comunidad realiza anual, los hermanos vivieron una bonita tarde en Chalon-sur-Saône, con una oración en una iglesia del centro de la ciudad y una visita a la comunidad musulmana: era importante, después de los acontecimientos trágicos del principio del año en París, vivir un encuentro así y ser calurosamente acogidos por el imán y los creyentes reunidos aquel sábado por la tarde.

Ecos de los encuentros

El Pastor Laurent Schlumberger, Presidente de la Iglesia Protestante Unida de Francia, estuvo recientemente en Taizé para una visita personal. Se reunió con algunos jóvenes y hablaron sobre las consecuencias de los trágicos acontecimientos en París. Robin, un joven francés comparte su reacción en este encuentro:

Los trágicos acontecimientos en Parías nos afectan como personas, creyentes y cristianos. En nuestro encuentro salieron a la luz varias reflexiones y preguntas: Como personas, nos sentimos choqueados por tanta violencia y tanto miedo. Como creyentes, nuestra total solidaridad con todos los musulmanes que no se reconocen en estos actos y que, a través del testimonio de su vida buscan mostrar que Dios es amor. Por último, como cristianos, tenemos una especial sensibilidad con la blasfemia y la caricatura. Jesús mismo caricaturiza la sociedad de su tiempo a través de sus parábolas, y fue juzgado y condenado a muerte por blasfemia, porque "él afirmó ser el Hijo de Dios" (Jn. 19,7).
 
Después de las manifestaciones del 11 de enero, podemos ver que más allá de la defensa de la libertad de expresión, hay un deseo por la unidad y el diálogo. En una sociedad carente de referentes y afligida frente a la violencia, ¿tendremos los cristianos un papel que jugar ? ¿Nos atrevemos a dialogar con aquellos que nos rodean y con los miembros de las comunidades musulmanas que están cerca de nosotros ?