Cristo Resucitado abrió la inteligencia a los discípulos para que comprendieran la Escritura y les dijo: “Así está escrito: que el Mesías tenía que padecer y resucitar de la muerte.”

Jesús dice: Vosotros sois la luz del mundo. Brille igualmente vuestra luz ante los hombres, de modo que al ver vuestras buenas obras alaben a vuestro Padre que está en los cielos.

Pedro escribe: Confiad todas vuestras preocupaciones al Señor, pues él cuida de vosotros.

Así dice el Señor: He aquí que yo pongo por fundamento una piedra elegida, angular, preciosa y fundamental. Quien tuviera fe en ella no vacilará. Mi vara de medir será recta, y mi plomada el respeto de la justicia.

Jesús dice: El que quiera ser grande entre vosotros, que se haga vuestro servidor.

Pablo escribe de las primeras comunidades cristianas: No son pocas las pruebas que tienen que soportar; pero su gozo es tan desbordante, que, a pesar de la extrema pobreza en que viven, han derrochado generosidad.

La mano del Señor estaba con los que anunciaban a Cristo y muchos fueron los que creyeron y convirtieron sus corazones al Señor.

Juan escribe: Mirad qué amor nos ha tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, pues ¡lo somos!