TAIZÉ

Entrevista al hermano Alois

Un recorrido sin precedentes

 
Tras el artículo publicado en “Le Monde” del 6 de septiembre de 2006 el hermano Alois respondió algunas preguntas hechas por “La Croix”.

La Croix: ¿Se convirtió formalmente el hermano Roger al catolicismo, como lo acaba de afirmar el historiador Yves Chiron?

Hermano Aloïs : No, el Hermano Roger nunca se «convirtió» formalmente al catolicismo. Si lo hubiera hecho, lo habría dicho, pues él nunca ocultó nada de su recorrido. A través de sus libros, escritos a menudo como si fuera un diario, explicaba lo que descubría y vivía.

¿Qué ocurrió exactamente en 1972 en la capilla del obispado de Autun?

- En 1972 el obispo de Autun de esa época, Mons. Armand Le Bourgeois, le dio sencillamente la comunión por primera vez, sin pedirle más que la profesión del Credo recitado durante la eucaristía y que es común a todos los cristianos. Varios testigos estuvieron presentes, tres de mis hermanos y una pareja amiga, pueden atestiguarlo.

¿Por qué en ese momento?

- Se escogió esa fecha porque el Hermano Roger estaba a punto de recibir el compromiso para toda la vida del primer hermano católico de la comunidad y era impensable no comulgar en la misma mesa eucarística. Algunos meses más tarde, Mons. Le Bourgeois vino a Taizé y, de la misma manera, dio la comunión a todos los hermanos de la comunidad.

¿Dio testimonio explícitamente el propio Hermano Roger sobre esa evolución?

- El hermano Roger comprendió muy temprano en su vida que, para transmitir el Evangelio a los jóvenes, era esencial la reconciliación de los cristianos. Después de Juan XXIII y el Concilio Vaticano II, consideró que había llegado el momento de la reconciliación. A menudo contaba que, durante su último encuentro con Juan XXIII, en 1963, quiso oír del papa un testamento espiritual y le había preguntado sobre el lugar de Taizé en la Iglesia. Juan XXIII había respondido haciendo gestos circulares. «la Iglesia católica está hecha de círculos concéntricos cada vez más grandes, siempre más grandes.» El papa no precisó en cuál círculo veía Taizé, pero el hermano Roger comprendió que el papa quería decirle: estáis ya en el interior, continuad simplemente por ese camino. Y eso es lo que él ha hecho.

Usted compartió con él durante largos años, incluso le designó como sucesor. En el fondo,¿qué era lo que estaba en juego en ese camino recorrido por el Hermano Roger?

- Su recorrido lo condujo a descubrir cada vez más y poner en evidencia la plenitud de la tradición de la Iglesia. No le interesaba una solución individual de reconciliación, pero tanteando a través de largos años buscó el camino que podría ser asequible a los demás. En 1980, durante un encuentro europeo de jóvenes en Roma, lo expresó públicamente en estos términos en la basílica de San Pedro, en presencia del papa Juan Pablo II: «Encontré mi propia identidad de cristiano reconciliando en mí mismo la fe de mis orígenes con el misterio de la fe católica, sin ruptura de comunión con nadie.» Recibiendo un día una delegación ortodoxa, Juan Pablo II hablará más tarde de la comunión que no es «ni absorción, ni fusión, sino un encuentro en la verdad y en el amor».

¿Por qué tanta discreción en torno a aquello que quería que fuera un testimonio?

- Como este recorrido fue progresivo y completamente nuevo, era difícil expresarlo y comprenderlo. Resultaba fácil malinterpretarlo. Por ello, si se habla a este respecto sobre «conversión» significa que no se ha comprendido la originalidad de lo que el hermano Roger buscó. La palabra «conversión» implica una ruptura con sus orígenes. El hermano Roger aceptó que, para algunos, una conversión individual pueda ser un camino, pero para él mismo y para nuestra comunidad prefería hablar de «comunión». Para él, entrar progresivamente en una plena comunión con la Iglesia católica se concretó en dos puntos que nunca mantuvo en secreto: recibir la eucaristía y reconocer la necesidad de un ministerio de unidad ejercido por el obispo de Roma.

¿Aunque costara no ser comprendido?

- El recorrido del Hermano Roger no ha sido comprendido por todos, pero ha sido acogido por muchos, por el papa Juan Pablo II, por obispos y teólogos católicos que han venido a celebrar la eucaristía en Taizé, y también por responsables de Iglesias protestantes y ortodoxas con las que el hermano Roger creó pacientemente un espacio de confianza a lo largo de los años.

Textos escogidos por Jean-Marie GUENOIS

Última actualización: 12 de septiembre de 2006