Con frecuencia nos plantean esta pregunta: ¿por qué vienen tantos jóvenes a Taizé? ¿Qué podemos responder? Ha sido inesperado. Pasan los años y seguimos en nuestro asombro.

Poco a poco hemos comprendido que era esencial vivir una confianza recíproca con las nuevas generaciones. Con todo nuestro ser deseamos que crezca en los jóvenes una capacidad de confianza que sea como un punto de apoyo para salir de una crisis de confianza en el hombre.

A veces nos preguntamos: ¿no es nuestra acogida demasiado sobria, demasiado pobre? Y descubrimos que, con gran sencillez de corazón y con pocos medios, se puede realizar una acogida de Evangelio que, de otro modo, no parecería posible.