• >
  • Las fuentes de la fe >
  • Meditaciones y reflexiones >
  • Cuestiones de fe y Biblia >
  • Los mandamientos
  Español
  • La Comunidad
  • Las fuentes de la fe
  • Venir a Taizé
  • En el mundo


 
  • Oración
    • Lectura bíblica para cada día
    • Oración para hoy
    • Intenciones de oración
    • Los jóvenes y la oración en Taizé
    • Oración del hermano Alois
      • Pascua 2017: Oración del hermano Alois
    • El valor del silencio
    • ¿Cómo preparar una oración?
      • Para preparar un momento de oración
      • Vigilia de oración por el Cuidado de la Creación
      • Para preparar un lugar acogedor para una oración meditativa
      • Los iconos
  • Los cantos
    • Los cantos meditativos
    • Aprender los cantos
  • Meditaciones y reflexiones
    • Artículo del hermano Alois: Cinco años después de Laudato Si’
    • Cuaresma 2020: Mensaje del hermano Alois
    • «Una realidad muy sencilla»
    • Breve meditación del día
    • Textos bíblicos comentados
    • Cuestiones de fe y Biblia
      • El bautismo
      • Los niños: ¿Qué significa acoger el reino de Dios como un niño?
      • El Misterio de la Navidad
      • La Iglesia
      • Iglesia y Estado: Según la Biblia, ¿cuál debe ser la actitud del creyente en la sociedad?
      • Los mandamientos
      • El Cosmos: ¿Cuál es el lugar del ser humano en el universo?
      • La Cruz
      • ¿Qué es lo que permite decir que Jesús murió «por nosotros»?
      • Las religiones y El evangelio
      • La Eucaristía
      • Un taller en Taizé: La Eucaristía según un cristiano del siglo II
      • ¿Qué quiere decir «evangelizar»?
      • La fe
      • ¿Cómo habla de la fe el Nuevo Testamento?
      • ¿Cuál es la especificad de la fe cristiana?
      • El temor de Dios
      • Si Jesús sabía que Judas iba a traicionarle, ¿por qué lo mantuvo hasta el fin en el círculo de sus más allegados?
      • ¿Perdonar significa olvidar?
      • ¿Sigo siendo libre si obedezco a una llamada de Cristo?
      • ¿Tenemos el derecho de ser felices cuando otros sufren?
      • ¿Debe creer un cristiano en la existencia del infierno?
      • La esperanza
      • No juzguéis: ¿Por qué Jesús dijo a sus discípulos que no juzgaran?
      • El amor a los enemigos
      • La misericordia
      • Si Dios es misericordioso, ¿por qué la Biblia contiene amenazas?
      • La presencia de Dios: Si Dios está presente en todos nosotros, ¿qué más puede aportar la fe?
      • ¿Cuáles son los presupuestos para un verdadero diálogo entre cristianos de distintas confesiones?
      • ¿Cómo podemos conciliar diversidad y reconciliación?
      • El pecado
      • El Sufrimiento
      • ¿Las diferencias entre cristianos son un problema o una riqueza?
      • El mundo: ¿Podemos verdaderamente mejorar el mundo?
    • Retratos de testigos de Cristo
      • San Ireneo de Lyón
      • Madre Teresa
      • San Juan Crisóstomo (344-407): una asombrosa modernidad
      • San Agustín (354-430)
      • La actualidad de Dietrich Bonhoeffer (1906-1945)
      • Un camino de reconciliación: El hermano Roger
      • Jeremías
      • Doroteo de Gaza (siglo VI) humildad y comunión
      • Un profeta que consuela (Isaías 40–55)
    • Cuadernos de Taizé
      • 1. Creo, ayuda a mi poca fe
      • 2. ¿Salvados Por La Cruz De Cristo?
      • 3. ¿Cuál es la especificidadde la fe cristiana?
      • 4. El diálogo interreligioso
      • 5. Dios Tres Veces Santo
      • 6. ¿Necesitamos la Iglesia?
      • 7. La eucaristía y los primeros cristianos
      • 8. El pan del silencio, es la Palabra
      • 9. Las dos caras de la cruz
      • 10. Hermano Roger, fundador de Taizé
      • 11. Bendecidos en nuestra fragilidad humana
      • 12. Voces de Pascua
      • 13. ¿Está Cristo dividido?
      • 14. Placer, Felicidad, Alegría
      • 15. «Arraigados y fundados en Cristo»
      • 16. Iconos
      • 17. «Ten pasión por la unidad del cuerpo de Cristo»
      • 19. El arco iris del Diluvio
    • Meditaciones del hermano Alois
      • Los 50 años de la Iglesia de la Reconciliación
      • Cristo Resucitado nos hace buscadores apasionados de comunión
      • La fuente de esperanza
      • En memoria del Hermano Roger
      • En comunión con los cristianos de oriente
      • Pascua 2019: Dejemos que estalle la alegría de la resurrección
      • La radicalidad alegre de San Francisco de Asis
      • Cristo nos reúne más allá de las fronteras
    • Meditaciones semanales del hermano Aloís
      • Cuando compartimos, Dios nos da la alegría de vivir
      • Meditación del hermano Alois: Promover una fraternidad universal
      • Meditación del hermano Alois: Seamos artesanos de paz, allí donde vivamos
      • Acogiendo a los refugiados, recibimos más de lo que damos
      • La bondad de Dios tendrá la última palabra
      • Pascua 2020: Una nueva luz aparece
    • Carta de Taizé anual
      • Hermano Alois 2021: Esperar a tiempo y a destiempo
      • Hermano Alois 2020: Siempre en camino, nunca desarraigados
      • hermano Alois 2019: ¡No olvidemos la hospitalidad!
      • hermano Alois 2018: Una alegría que nunca se acaba
      • Hermano Alois 2017: Juntos, abrir caminos de esperanza
      • Hermano Alois 2017: Una llamada a los responsables de las Iglesias para 2017
      • Hermano Alois 2017: Hacia la Unidad del Continente Europeo
      • Hermano Alois 2016: El coraje de la misericordia
      • Taizé 2015
      • Hermano Alois 2012-2015: Hacia una nueva solidaridad
      • Hermano Alois 2015: Cuatro propuestas para "ser sal de la tierra"
      • Hermano Alois 2014: Cuatro propuestas para buscar la comunión visible de todos los que aman a Cristo
      • Hermano Alois 2011: Carta de Chile
      • Hermano Alois 2010: Carta de China
      • Hermano Alois 2009: Carta de Kenia
      • 2009: Por una Europa abierta y solidaria
      • Hermano Alois 2008: Carta de Cochabamba
      • Hermano Alois 2008: Carta para quién quisiera seguir a Cristo
      • Hermano Alois 2008: Llamada a la reconciliación de los cristianos
      • Hermano Alois 2007: Carta de Calcuta
      • 2006: Carta inacabada del hermano Roger
      • Hermano Roger 2005: Un porvenir de paz
    • La carta de Taizé - Testimonios
      • Compartir lo que tenemos
      • ¿Qué haces con tu libertad ?
      • Para una tierra de hermanos
      • Una opción por la alegría
      • Compasión sin límites
      • Deseo de perdón
    • Hacia una nueva solidaridad
      • "Hacia una nueva solidaridad": 2012-2015 : Un camino de tres años
      • Grupo de reflexión « Hacia una nueva solidaridad » : En Taizé, la reflexión se profundiza con los jóvenes
      • Temas
        • Atravesar los muros de separación
        • Solidaridad con toda la creación
        • Indignación, pasividad o compromiso
      • A la escucha de los jóvenes
        • A la escucha de los jóvenes de Asia
        • A la escucha de los jóvenes de Europa
        • Hacia una nueva solidaridad: A la escucha de los jóvenes de América
 

Los mandamientos

¿Por qué Jesús llama «nuevo» el mandamiento de amarnos los unos a los otros?

Sólo una vez Jesús calificó de «nuevo» un mandamiento. La víspera de su pasión, Jesús dice a sus discípulos: «Os doy un mandamiento nuevo: Amaos los unos a los otros; como yo os he amado, amaos los unos a los otros» (Juan 13,34) ¿En qué es nuevo ese mandamiento? ¿Acaso no se pide ya en el mandamiento antiguo: «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Levítico 19,18)?

Jesús da una nueva medida al amor. Dice «como yo os he amado» en el momento mismo en el que, por amor, entrega todo. «Antes de la fiesta de la Pascua, Jesús (...), amando a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo.» (Juan 13,1) Comienza a lavar los pies diciendo: «Es un ejemplo que os doy» (versículo 15). Después, profundamente turbado por el hecho de que uno de los Doce, el apóstol Judas, lo traicionará, continúa, sin embargo, amando, expresando su amor mediante el don de un pedazo de pan: «Lo toma y se lo da a Judas» (versículo 26) Y finalmente, el don del ejemplo y el don del pedazo de pan finalizan con el don del mandamiento: «Os doy un mandamiento nuevo.»

Precisamente antes del mandamiento nuevo se encuentra una palabra enigmática: «Ahora el Hijo del Hombre será glorificado» (versículo 31). ¿De qué modo Cristo será glorificado antes de entrar, por medio de la cruz y de la resurrección, en la gloria de su Padre? Ya ha sido glorificado porque su gloria es amar. Es por ello que ahora, cuando «ama hasta el extremo», su gloria se manifiesta. Judas ha «salido de noche» para entregarlo. Pero Jesús no padece pasivamente el acontecimiento: entregado, se da a sí mismo, continúa amando en una situación que parece sin esperanza. Es ésa su gloria. Con el mandamiento nuevo, Jesús asocia a sus discípulos a lo que él ha vivido, les hace capaces de amar con él ama. Rezó en esa tarde: «Que el amor con el que tú me has amado esté en ellos y yo en ellos.» (Juan 17,26) A partir de ahora Jesús les habitará como amor, amará en ellos. No sólo da una palabra para que la observen; se da él mismo. Con el don del mandamiento nuevo Jesús hace don de su presencia. En los Evangelios de Mateo y de Marcos la salida de Judas sigue inmediatamente la institución de la eucaristía; en el de Juan, por el don del mandamiento nuevo. Como la eucaristía, el mandamiento nuevo es presencia real.

Esa noche Jesús «tomó la copa diciendo: esta copa es la nueva alianza en mi sangre» (1 Corintios 11,25). Su mandamiento es, pues, nuevo porque pertenece a la nueva alianza, anunciada por el profeta Jeremías: «Concluiré una alianza nueva (...), pondré mi ley en el fondo de su ser y la escribiré en su corazón.» (Jeremías 31,31-34) En la nueva alianza, el antiguo mandamiento se da una manera nueva. La ley de Dios ya no está grabada en tablas de piedra, sino inscrita en nuestros corazones por medio del Espíritu Santo que une nuestra voluntad a la de Dios.

¿Cuál es la importancia de los mandamientos en nuestra relación con Dios?

Según el apóstol Juan, la comunión con Dios se realizan observando los mandamientos: «Quien guarda sus mandamientos permanece en Dios y Dios en él.» (1 Juan 3,24) En el Sinaí Dios hace alianza con «aquellos que le aman y cumplen sus mandamientos» (Deuteronomio 7,9). Remontando todavía más lejos, hacia los orígenes, la Biblia cuenta que, al haber creado al ser humano, Dios le da seguidamente un mandamiento (Génesis 2,16-17). Es como si no hubiera relación con Dios sin mandamiento.

Podríamos sentir esa omnipresencia de los mandamientos como algo pesado. Pero por paradójico que parezca a primera vista los mandamientos de Dios afirman nuestra libertad. Dios nos habla a través de los mandamientos . Lo que llamamos los «los diez mandamientos» se llama en la Biblia las «diez palabras» (por ejemplo, Éxodo 34,28). Dios nos habla por medio de los mandamientos y nos invita a hacer una elección (Deuteronomio 30,15-20).

Dios permite a los animales hacer instintivamente lo que es justo. A nosotros los humanos nos expresa los mandamientos, tomando el riesgo de nuestra libertad. «La tórtola, la golondrina, la grulla vuelven puntualmente a su hora; pero mi pueblo no comprende el mandato del Señor» (Jeremías 8,7) Dios no programa ni fuerza el comportamiento humano. Dios nos habla. Jeremías se queja de la situación que puede resultar de ello. Pero si Dios solamente nos quiere guiar hablándonos mediante sus mandamientos significa que da más importancia a nuestra respuesta libre, cualquiera que ésta sea, que a nuestro comportamiento justo.

Un día, un joven pregunta a Jesús: «¿Qué bueno he de hacer para obtener la vida eterna?» Jesús le responde: «¿Por qué me preguntas lo que es bueno? Uno solo es el Bueno. Si quieres entrar en la vida, observa los mandamientos.» (Mateo 19,16-17) ¿Por qué Jesús se opone, en su reacción, la simple observancia de los mandamientos a la interrogación sobre lo que es bueno hacer? Los mandamientos son otra cosa que una información sobre lo que está bien o mal. Jesús recuerda que «uno solo es Bueno». Por medio de los mandamientos Dios no nos comunica un saber sobre el bien y el mal, sino una llamada a escucharle y a poner en práctica lo que oímos.

La reacción de Jesús conduce a pensar en el primer mandamiento de Dios en el jardín del Edén donde prohíbe «comer el árbol del conocimiento del bien y del mal» (Génesis 2,17). Es un curioso mandamiento que llama, al menos para comenzar, a renunciar a conocer lo bueno y lo malo. Este mandamiento pide dejar a Dios ese saber. Mantiene, en el centro de la existencia humana, una zona de no saber, un espacio libre para la confianza, para la escucha de Dios. Los mandamientos vivifican nuestra relación con Dios cuando discernimos en ellos un eco del mandamiento del paraíso, la voz de Dios que nos dice: «¡Déjame ser tu Dios, déjame que te muestre el camino, confía en mí!»

Carta de Taizé: 2004/2

Última actualización: 18 de agosto de 2004

Lectura Bíblica Diaria

vi, 26 de Febrero
Jesús dice: Quien peca es esclavo; y el esclavo no permanece para siempre en la casa, mientras que el hijo sí. Por tanto, si el Hijo os da la libertad, seréis realmente libres.
Jn 8,31-36
Ver más...

Agenda

28 de diciembre de 2021 - 1ro de enero de 2022, Italia:
El próximo encuentro europeo tendrá lugar en Turín
 Buscar eventos

El trabajo de los hermanos

El trabajo de los hermanos

La Comunidad

  • El año 2015 en Taizé
  • Noticias recientes
  • Vocación e historia
  • El Hermano Roger, fundador de Taizé
  • Otros artículos
  • Los hermanos que viven fuera de Taizé
  • El trabajo de los hermanos
  • Solidaridad: Operación Esperanza
  • Hacia una nueva solidaridad
  • Visita del Patriarca Bartolomeo en Taizé

Las fuentes de la fe

  • Oración
  • Los cantos
  • Meditaciones y reflexiones

Venir a Taizé

  • Protección de las personas [es]
  • Noticias
  • Encuentros en línea
  • Encuentros de jóvenes
  • Informaciones para 2020
  • Informaciones para 2021
  • Viajar a Taizé
  • Testimonio de jóvenes adultos
  • Multimedia

En el mundo

  • Pequeñas fraternidades provisionales
  • África
  • América
  • Asia
  • Europa
  • Oriente Medio

Copyright © Ateliers et Presses de Taizé

Esta página web

[ Arriba | Mapa del sitio | Página principal]

  • Contacto
  • Horario de las oraciones en Taizé
  • Operación Esperanza
  • Noticias de Taizé por e-mail
  • Copyright