Pedro le preguntó a Jesús: «¿Cuántas veces he de perdonar a mi hermano si me ofende? ¿Hasta siete veces?» Jesús le contestó: «No te digo hasta siete veces sino hasta setenta veces siete».

Dios habló en otro tiempo a nuestros antepasados por medio de los profetas, y lo hizo en distintas ocasiones y de múltiples maneras. Ahora, llegada la etapa final, nos ha hablado por medio de su Hijo.

La Escritura dice de Cristo: Verán al que traspasaron.

Jesús dice: El Reino de los cielos se asemeja a un negociante de perlas finas que, al encontrar una de gran valor, va, vende todo lo que posee y la compra.

Fuente de vida y de eficacia es la palabra de Dios, penetra y escruta los sentimientos del corazón.

Pablo escribe: Donde está el Espíritu del Señor, allí está la libertad.

El Señor dijo: Cuando mi pueblo era niño, lo amé. Le enseñé a andar tomándolo de los brazos, atrayéndolo con lazos de amor.

Jesús dice a sus discípulos: Tenemos que trabajar en las obras del que me ha enviado mientras es de día. Mientras estoy en el mundo, soy la luz del mundo.