Textos bíblicos comentados
febrero
«La obra de Dios es que creáis en aquél que Él os ha enviado» (Juan 6,29). La fe es para Juan el corazón de la vida cristiana. Creer es confiar en Jesús, acoger el misterio de su persona. Esto explica porqué en el evangelio de Juan las expresiones como «reconocer», «acoger», «ver», «venir a» son sinónimos de creer. «Quien viene a mí nunca tendrá hambre, quien cree en mí nunca tendrá sed» (Juan 6,35). El objetivo de la fe es la persona de Jesús, que viene a saciar el deseo más profundo del ser humano.
Para creer, según Juan, necesitamos signos. La fe se despierta a través de la vista. Ver precede al creer. En el momento de la resurrección de Lázaro, «muchos que habían venido y que habían visto lo que Jesús hizo creyeron en él» (Juan 11,45). Cuando Pedro y el discípulo que Jesús quería «vieron» la tumba vacía «creyeron» (Juan 20,8).
En el relato de Juan la muchedumbre también vio un signo, la multiplicación de los panes. Pensando que había encontrado al Mesías, la muchedumbre va en su búsqueda. Pero incluso si la muchedumbre ha visto un signo admirable, ésta no ha comprendido el verdadero sentido. Ver es tan sólo un primer paso en el camino que conduce a la fe. Jesús les invitará por etapas a no detenerse en el camino.
En primer lugar, partiendo solo a la montaña cuando venían para hacerle rey, Jesús quiere decir que él no es el Mesías tal como lo habían esperado. A veces, lo que impide creer son nuestras ideas recibidas. Como Jesús no reacciona según sus conceptos la muchedumbre no comprende lo que hace.
Después Jesús les ayudará a comprender la verdadera razón por la que lo buscan. La muchedumbre no comprendió que Jesús es el pan de vida. La muchedumbre lo buscaba porque su hambre había sido saciada. Lo que impide creer es haber sido fascinado por el signo, pero incapaz de ir más allá. En la fe estamos siempre invitados a dar un paso más, a «trabajar por un alimento que permanece para la vida eterna.»
¿Qué «signos» me han ayudado a creer?
¿Qué es lo que alimenta y sostiene mi fe?
¿Cómo puedo comprender las palabras de Jesús: «Quien viene a mí nunca tendrá hambre, quien cree en mí nunca tendrá sed»?