Evacuados urgentemente durante la crisis, el personal de la ONG regresó gradualmente. El personal de la Iglesia y los misioneros no abandonaron el campo; algunos compartieron el destino de las comunidades en las que trabajan, en su desplazamiento forzado y su sufrimiento.
Las Iglesias de Juba fueron un lugar de refugio. Cuando fui allí, muchos habían abandonado las parroquias donde se refugiaban. Pero en Gumbo, a las afueras de Juba, el Padre David, un salesiano de India, les ha ofrecido hospitalidad durante seis meses sin apoyo de instituciones internacionales: “Acogemos a 1600 personas desplazadas en nuestra tierra, incluyendo 1200 niños, bajo 290 láminas de plástico. Ellos vienen en las noches. Los hombres se quedaron para pelear. El cólera nos ha afectado, pero ahora la situación está bajo control.”
Guardería en el campamento N°1 en UN House Juba
La hermana Eugenia trabaja en ambos campos administrados por las Naciones Unidas en Juba. Ella me guió a través del laberinto de callejones y pasajes entre las chozas. “La parte más difícil es la inactividad para los hombres. No hay trabajo.” El agua del Nilo viene por medio de camiones cisterna; es almacenada en tanques y tratada en el sitio.
Seminaristas en sus habitaciones
El estado de los Lagos en el centro del país es una región de bosques y pantanos. Durante la temporada lluviosa los caminos son intransitables. Se llevan al menos tres horas para cubrir los 60 kilómetros que separa Rumbek, la capital del estado, de Mapuordit. En esa gran villa, 53 niños de las 15 parroquias de la diócesis residen como seminaristas en sus dormitorios en el seminario menor Santa Bakhita. Ellos estudian durante el día en una secundaria cercana. Ellos me acogieron por tres días y compartimos, en su tiempo libre, momentos de oración y reflexión bíblica.
Daniel Ranthiar es ahora padre por segunda vez. Sin haber terminado la secundaria, él se ha convertido en el subdirector. En su tierra acoge 18 chicas de villas remotas para que ellas puedan ir con mayor facilidad a la escuela. Pero las condiciones de vida son muy sencillas. El menú es el mismo todos los días: arroz y frijoles rojos. Sin electricidad y especialmente sin agua, desde que el surtidor del vecindario dejó de trabajar. Ese es el problema de toda la villa, de 16 bombas solo tres funcionan todavía. Muchos llenan bidones desde el grifo del Seminario. Las personas tratan de recolectar agua de lluvia “¡pero no está limpia!” Quedan los charcos de barro donde las madres vienen a llenar sus vasijas de barro con una taza.
La familia de Daniel Ranthiar
Las hermanas de Loreto en Rumbek concentran toda su energía y habilidades al servicio de una causa: la educación de niñas. En el territorio Dinka esta es una urgente necesidad y un reto considerable. Todas las niñas están destinadas a casarse a cambio de una dote en ganado, por el cual toda la familia extendida de los futuros suegros se les pide contribuir. De acuerdo con las peticiones, el padre puede decidir durante la noche casar a su hija, quien ahora "pertenece" a su familia política que tuvo que contribuir a la dote. El señor Orla es el director de la escuela: “Cada semana tenemos la solicitud de remover a una estudiante de la escuela. Algunas veces conseguimos convencer a la familia que es mejor para todos permitirle terminar sus estudios.”
Las clases de primaria bajo los árboles, Loreto - Rumbek
Nos reunimos para empezar a reflexionar y a preparar los momentos de oración con todos los estudiantes. Algunas ya fueron líderes el año pasado y son un núcleo bien motivado. Han continuado preparando oraciones a lo largo del año. El tema de esta semana es: “Convirtiéndose en líderes según el Evangelio.” Lo desarrollamos en tres etapas: cómo ser un líder en oración, en el servicio a los otros, en la proclamación de la Palabra de Dios. A las 14:30 da inicio la reflexión bíblica, seguida primero por 45 minutos de reflexión personal y luego compartiendo en pequeños grupos.
Grupos de intercambio Loreto - Rumbek
Un experto en Sudán del Sur comparte su análisis de la actual crisis. “Muchos países han experimentado un turbulento periodo luego de ganar independencia: primero de todo, Estados Unidos… ¿Puede ser esto una constante en la historia? Esta guerra no lo es mucho. El norte de Sudán está jugando en ambos lados; oficialmente dan su apoyo a Juba, pero también permiten la entrega de armas a los rebeldes y su unión en el otro lado de la frontera. En la independencia hace tres años, los problemas del país no se abordaron. Ahora todo está en la mesa; nada se puede esconder por más tiempo. Pero esto tomará tiempo.”