Miércoles 29 de diciembre de 2021
Es una alegría estar aquí, acompañado por algunos de los hermanos de nuestra comunidad, junto a vosotros, jóvenes de Turín, de la región del Piamonte y algunos de otros lugares. Saludo a quienes nos siguen en directo a través de internet. Gracias a los responsables de las Iglesias que han trabajado duro por esta etapa de la peregrinación de confianza en Turín.
Lamentablemente, por segundo año consecutivo, tuvimos que cambiar nuestros planes debido a la pandemia. Este año hemos querido ofrecer un programa en línea, manteniendo un encuentro europeo presencial que tendrá lugar del 7 al 10 de julio en esta bella ciudad de Turín. Junto con los aquí presentes, quisiera extenderos una cálida invitación a ese encuentro.
He llegado aquí con el Hno. Marek de la isla de Lampedusa. Como saben, esta isla es hace años uno de los lugares de llegada de migrantes que vienen desde África atravesando el Mediterráneo. Fui invitado a pasar la Navidad allí por una Hermanita de Jesús que vive en ese lugar con otras religiosas. Y toda la parroquia nos acogió muy bien; me pidieron que os saludara a todos.
Sigo aún muy marcado por lo que vivimos allí. En solo un pocos días, una docena de embarcaciones de los guardacostas y la Guardia di Finanza trajeron a personas rescatadas del mar: en su mayoría eran hombres jóvenes, algunas mujeres e incluso padres con un bebé.
Una manta, un vaso de agua, una mirada fraternal, un gesto de ánimo: junto con las hermanas, eso era todo lo que podíamos hacer para darles la bienvenida.
A continuación, los migrantes eran llevados a un lugar cerrado, donde las autoridades los inscriben. El día de Navidad, excepcionalmente, se nos permitió ir allí para pasar un poco más de tiempo con ellos, en este centro donde se decide su futuro.
Algunas de las precarias embarcaciones en las que partieron del continente africano son llevadas al puerto de Lampedusa. Los cristianos de la isla a veces toman dos trozos de madera para hacer una cruz con ellos. Hemos traído uno y lo pondremos en nuestro icono para la oración alrededor de la cruz.
Estos días en Lampedusa me hacen sentir con más fuerza la llamada urgente a la unidad de la familia humana. A lo largo del año, en Taizé y en otros encuentros, reflexionaremos sobre seis propuestas que he formulado para "Llegar a ser artesanos de unidad".
Hay tantas brechas que dividen a nuestra familia humana, incluso a los que están cerca de nosotros. Me gustaría que todos nos preguntáramos: ¿qué podemos hacer a nuestro nivel para convertirnos en artesanos de la unidad, aunque sea de forma muy humilde?
No nos dejemos paralizar por nuestros miedos ante la inmensidad de los problemas. Cuando creamos lazos de amistad y de unidad, aunque sea en cosas pequeñas, hay una alegría que se nos concede, una alegría de recibir.
Mañana, en un taller en línea, reflexionaremos sobre las palabras de Jesús: "Fui forastero y me acogisteis". Se presentarán testimonios de solidaridad, en los que participarán personas relacionadas con los exiliados, los refugiados y quienes piden asilo. Un segundo taller se centrará en "Actuar juntos para cuidar nuestra casa común".
¡Nos vemos mañana para continuar con nuestro encuentro!
Jueves 30 de diciembre de 2021
Aquí en Turín, esta etapa de la peregrinación de confianza ha sido preparada gracias a la iniciativa de las distintas Iglesias locales. Quiero expresar mi más sincera gratitud a todos quienes llevan meses trabajando para que todo salga bien.
El hecho de que hayamos preparado este encuentro junto a cristianos de todas las Iglesias es un hermoso testimonio de unidad: cuando los cristianos se reúnen, es así como pueden contribuir a la fraternidad en la familia humana.
Lo acabamos de escuchar en el Evangelio que se ha leído: al atardecer de su vida, Cristo Jesús llamó a sus discípulos a la unidad. Dijo: “Ruego para que todos sean uno. Que sean uno, para que el mundo crea que tú me enviaste”.
De esta manera, Jesús deja claro que la unidad de los que creen en él no es sólo un objetivo en sí mismo, sino también una condición para que el mundo pueda comprender a Cristo y para tener confianza en él. ¿Cómo pueden los cristianos ser creíbles al proclamar el amor de Dios si permanecen divididos?
Entre las propuestas para el año 2022, una de ellas se refiere a la búsqueda de la unidad entre los cristianos. En las pruebas que atraviesa nuestro mundo, sería urgente reunirse más a menudo, entre bautizados de diferentes Iglesias, en una oración común centrada en la Palabra de Dios.
A través de una oración de este tipo, podemos descubrir que Jesús ya nos reúne. El amor de Cristo puede irradiarse mucho más claramente cuando reconocemos humildemente lo que nos falta y cuando nos abrimos a lo que podemos recibir de los demás.
En los próximos meses, las próximas etapas de la peregrinación de confianza a través de la tierra también estarán marcadas por esta búsqueda de la unidad de la familia humana. Del 8 al 15 de mayo, tendremos nuestra primera peregrinación a Tierra Santa, preparada junto con diferentes Iglesias y el Instituto Ecuménico de Tantur. Estáis cordialmente invitados, ¡los cristianos de allí nos esperan!
Luego, a principios del verano, invitamos a los jóvenes que hubieran querido participar en el encuentro europeo aquí en Turín, a venir a un encuentro presencial del 7 al 10 de julio. También será posible ir a Taizé antes o después de esta estadía en Turín.
Y dentro de un año exactamente, tendremos nuestro próximo encuentro europeo en una región donde se nos espera desde hace mucho tiempo: las diferentes Iglesias cristianas y las autoridades civiles nos invitan y preparan una cálida acogida a pesar de su clima frío.
Como pueden comprender, vamos al norte de Europa y tenemos muchas ganas de encontrarnos en Alemania, en la ciudad de Rostock.
Nuestro encuentro aún continúa: después de esta última oración aquí en Turín, mañana por la tarde tendremos una oración transmitida en directo desde Taizé. Una vez más, muchas gracias a todos los que, en condiciones difíciles, han hecho posible este encuentro. Recemos para que el próximo año sea un año de paz y de esperanza.